El mundo del TCG (Trading Card Game) de Pokémon tiene una nueva droga digital y se llama Pokémon Pocket. Ideal para quienes siempre quisieron armar su mazo de ensueño, pero sin dejar el riñón en Mercado Libre. Lo hemos jugado más de 50 horas y, la neta, ya se volvió parte de la rutina diaria (como lavarse los dientes… o revisar el feed de memes).

Cartas, sobres y expansión tras expansión🎴
Si algo hace bien Pokémon Pocket, es darte una sensación constante de novedad. Cada mes llegan nuevas expansiones con cartas frescas que abren posibilidades estratégicas. Si no le metes varo, no hay bronca: puedes armar buenos mazos a punta de suerte y constancia… aunque sí vas a ir más lento que un Snorlax.
Lo mejor es que puedes jugar cuanto quieras. No hay energía, tickets, ni mecánicas gachas que te digan “ya jugaste mucho, vete a vivir”. Siempre hay jugadores conectados, lo que se agradece cuando andas en mood de probar tus mazos de tipo Planta, Psíquico o Agua (nuestros favs del equipo Noiseland).
Las elecciones mágicas son joya ✨
Si no te interesa pagar el pase de temporada o comprar lingotes de oro, las Elecciones Mágicas son tu salvación. Te dan la posibilidad de buscar cartas específicas que no tienes —y no cualquier carta, a veces cae un EX justo el que te traía cacheteando el teclado. En un mundo de microtransacciones, esto se siente como un abrazo de la morra que te gusta.
Jugabilidad sencilla, pero efectiva
La mecánica es clara, el tutorial no te insulta la inteligencia, y el sistema de juego se entiende en 5 minutos. Pero que eso no te engañe: si quieres ponerte serio, también puedes entrarle al modo competitivo. Y como no hay límite de partidas, puedes clavarte hasta que se te duerma el pulgar.

Pero no todo es arcoíris …
Vamos a lo feo:
El sistema de intercambio de cartas apesta. Literal. Conseguir un buen trade es más difícil que sacar un shiny. O nadie acepta lo que ofreces, o te ofrecen cosas que ya tienes. Es tan útil como un Magikarp.
El modo de juego es muy limitado. Básicamente tienes versus online y el competitivo. Y ya. Hay otro modo medio tutorialesco que te da premios, pero se siente como jugar con rueditas. O sea, cumple, pero ojalá le metan más variedad.
Si no pagas, sí avanzas… pero te va a doler. Los que le meten lana consiguen las cartas EX rotísimas antes que nadie y te revuelcan en el meta sin piedad. No es pay-to-win, pero sí pay-to-climb-más-rápido.
El meta es aburrido. En competitivo todo mundo usa las mismas estrategias (boring), y toparte con un mazo temático u original es más raro que ver a un Chorizord con 3 piernas. Esa es una de las patas en las que cojea Pokémon Pocket.
¿Vale la pena?
Si te gusta Pokémon, amas las cartas y no quieres llenar tu cuarto con cajas de sobres, este juego es para ti. El diseño de cartas está brutal, los sobres gratis diarios son adictivos, y siempre hay alguien con quien jugar. Además, si juegas desde iOS o Android, puedes entrarle desde donde sea. Ya si le quieres meter dinero, adelante, pero sin él también te puedes rifar.

Pokémon Pocket no reinventa el género, pero lo hace divertido, adictivo y con una buena dosis de nostalgia. Falta variedad en modos y arreglar el mugroso sistema de intercambio, pero como entrada al mundo de las cartas digitales de Pokémon, está bastante bien.
Eso sí: cuidado, porque este juego engancha más que un Caterpie.
NOTA FINAL: 8/10
Para más reseñas visita Noiselandvg
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